¡Consejos esenciales para runners que sufren dolor de rodillas! | Enfórmate | EL PAÍS
Forrest Gump corría sin cesar, en busca de la libertad o quizás simplemente de un propósito vital saludable. Pero, ¿qué hubiera sucedido si se hubiera visto obligado a detenerse por un dolor en la rodilla? Correr no es solo una actividad liberadora, sino que también es accesible y fácil de practicar; solo necesitamos un poco de tiempo y calzarnos las zapatillas para ponernos en movimiento. Sin embargo, en ocasiones, el cuerpo del corredor señala un desajuste en el sistema, como el dolor de rodilla, que le impide continuar con la carrera o incluso lo obliga a interrumpir el entrenamiento durante un periodo prolongado.
En este sentido, debemos considerar al corredor aficionado cuando sale a correr retomando su rutina, en ocasiones con exceso de motivación, sin tomar en consideración aspectos clave como un aumento del volumen —salir todos los días de la semana— y la intensidad cuando se lleva mucho tiempo sin actividad, utilizar un calzado gastado o no apropiado para la carrera, no prestar atención a las señales del cuerpo como rigidez, tensión o dolor en ciertas articulaciones o músculos, no estirar adecuadamente, así como resistir hasta límites que someten al cuerpo a estrés óseo, articular y fisiológico.
En la mayoría de las ocasiones, el dolor de rodilla en el corredor se debe a dos causas, el síndrome del dolor patelofemoral y el síndrome de la cintilla iliotibial, aunque también puede deberse, en menor medida, a tendinopatías —asociadas a un sobreesfuerzo, entrenamientos con demasiado impacto o calzado inadecuado—, lesiones de menisco, condromalacia o desequilibrios musculares.